martes, 4 de abril de 2017

31 de marzo de 2017. Restaurante Nou Gourmet c/ Taquígrafo Martí, 3 Tf 963810404

A este local le tenía ganas desde hace tiempo, mucho tiempo. Estas últimas navidades intenté hacer una reserva. Era diciembre y con las comidas y cenas de empresa fue imposible.
Desde que vi ese canelón de manitas de cerdo con caldo de cocido, he sabido que esta era su semana de volver a intentarlo. Me anticipo, ese canelón estará en carta en abril así que llegamos demasiado pronto.
El local es muy conocido en Valencia porque ha sido ocupado por un clásico: el restaurante Gourmet. Desde hace cuatro años Pablo García Vernetta se ha hecho cargo de este restaurante y le ha dado una muy acertada vuelta.
Lo primero a destacar son los colores claros de sus paredes lo que trasmite frescura, limpieza, luz. Las mesas muy bien vestidas y con buena disposición entre ellas.
Una vez más, llego más pronto que Andrés y me sitúan en una mesa de dos. Mientras lo espero, pido una copa de vino blanco (un Azpilicueta blanco) que viene con unas papas con pimentón.
Dado que el chivato de facebook me ha enseñado unas fotos de Pablo y su colega Juan Exojo en un evento en Cheste este mismo día, he pensado (y escrito en facebook) qué pena que no vamos a conocer a Pablo en su restaurante.
Ya aquí ha llegado Andrés y ya tenemos claro lo que vamos a pedir y así se lo hacemos saber al camarero. De la cocina sale Pablo que directamente se dirige a nuestra mesa para presentarse y saludarnos. Toda una sorpresa, muy agradable sorpresa.
Pero vamos a lo importante.
Como compañero de comida nos pedimos un vino D. O. Toro,  Prima: vino elaborado con 100% tinta de Toro, vino contundente, amable cuando le das tiempo. Buen acompañamiento para lo que vamos a tomar.
Como detalle de la casa nos traen unos tacos de atún con jengibre y caviar de wasabi: fresco, sabroso, tierno, muy tierno. Buena forma de empezar.
Dos ostras  Gillardeau nº2: vienen frescas y para aderezarlas con limón.
Tremendo steak tartar Nou Gourmet: carne muy tierna, bien aderezado. Nos encanta.
Excelente pulpo a la brasa con parmentier de sobrasada y cebolla crujiente. Plato sobresaliente. El pulpo muy tierno. La sobrasada excelente amiga del pulpo. La cebolla aporta su sabor dulzón y su textura crujiente. Plato redondo.
Croquetas de jamón ibérico: ricas, contundentes y con buen sabor a jamón. Y croquetas de roquefort y nueces: me traslado a los años 90 cuando se veían en los restaurantes una ensalada de endivias con roquefort. En las casas de aquella época se solía hacer esta ensalada. Mi madre no iba a ser menos. Así que tengo en la boca un trocito de mi vida, de mis comidas en familia. Me enamoran. 
Como plato fuerte tenemos un entrecot de buey con patatas y pimientos. Viene en su punto, como nos gusta, muy poco hecha pero con buena temperatura (y no helada). La carne es muy tierna y muy sabrosa. Buena materia prima (como ya vimos en los entrantes con el steak tartar, el pulpo, las ostras...)
Y aún llegamos al postre. Torrija de naranja, crema de chocolate y helado de canela. Es un postre que pese a su contundencia encontramos ligero y que ayuda a hacer descender la comida.
A estas alturas de comida ya casi se ha vaciado el restaurante (para nuestro agrado estaba muy lleno durante toda la comida) y sale de nuevo Pablo de la cocina para despedirse. Hablamos un poco con él y damos por terminada la comida.
Andrés remata la comida con un espresso y yo la remato con un chupito de orujo de crema.
Buena comida, buen sitio y muy buena relación calidad-precio.

domingo, 2 de abril de 2017

3 de marzo de 2017 Restaurante Eladio c/ Xiva, 40 Tf 963842244


Este viernes vamos a un restaurante de los clásicos de Valencia, un restaurante con historia. No tengo problemas para encontrarlo y me dispongo a esperar a Andrés. 
La sala, clásica, con mesas amplias y muy bien vestidas con manteles de un profundo blanco. Con muy buena disposición entre ellas. Quien me ubica en una mesa es Michel que es el que se hará cargo de casi toda nuestra comida. 
Cerca de mi hay una mesa ocupada por dos caballeros. Están comiendo una fantástica centolla y en un momento veo que es Eladio, el que da nombre al restaurante, abuelo de Michel y que conversa animadamente con su compañero de mesa.
He elegido este restaurante porque, y aún llegamos a tiempo, tienen durante varios meses de invierno un apetitoso menú de lacón. Es un menú cerrado a buen precio, con muy buen producto. Este año estará hasta el 9 de marzo y luego tendremos que esperar hasta el próximo año para volver a disfrutar de este menú.
Mientras espero me pido una copa de vino blanco, un albariño Lagar de Cervera: un blanco joven pero con una nariz a frutas con hueso muy interesante. De pase largo, agradable, con una acidez muy apetecible. Me gusta.
Llega Andrés y se pide una cerveza mientras esperamos que comience nuestra comida.
Nos  traen un cesto con panecillos aún calientes y rosquilletas.
Para acompañar la comida hay un vino, que aceptamos sin reparos, tinto de mecía de la Ribera Sacra, Bellaleira, fácil de beber, con buena nariz y sin estridencias. 
Pero vamos al menú. 
Comenzamos con unos crujientes de brandada de bacalao que nos encantan. Buen sabor a bacalao y buen equilibrio entre bacalao y patata.
Unos impresionantes mejillones gallegos en escabeche casero. Nos sucamos todo el plato.
Vieira con un salteado de jamón de jabugo que están en su punto.
Fuera de menú, pero no he podido resistirme, unas mollejas de ternera salteadas con ajitos tiernos y langostinos. ¡Excepcional plato!

Como plato fuerte viene el lacón, un buen trozo, con sus grelos, patata, garbanzos y un trozo de un buen chorizo ahumado. Nos lo riegan con un buen chorro de aceite de oliva extra. Pese a la contundencia de los ingredientes, su sabor es suave, delicioso.
Y como postre tenemos leche frita sobre crema inglesa y un helado de vainilla. Postre delicado y nada pesado.
Una comida que destaca por una cocina de siempre, con muy buenas materias primas y una atención muy esmerada en sala.  Nos encantan este tipo de locales.
Vuelven las buenas costumbres y Andrés remata la comida con su consabido ristreto. Viene acompañado de unas pequeñas galletas de mantequilla recién hechas.

Como digestivo nos ofrecen unos orujos. Andrés comenta que le encantaría tomar un calvados. Me decanto por un orujo de café. Nos traen ambos licores. 
Al finalizar la comida podemos charlar un rato con el inspirador del negocio, Eladio, y también con Michel. Una muy entretenida conversación que nos lleva a hacer la reserva para la próxima comida de #elviernestoca porque tendrán lamprea y ¡hay que probarla!

sábado, 1 de abril de 2017

17 de marzo de 2017. Restaurante Eladio c/ Xiva, 40 Tf 963842244

Si. Repetimos y claro os preguntareis por qué. Sencillo. En nuestra anterior visita a Casa Eladio nos enteramos que venía el menú de lamprea. La lamprea es un pez antediluviano. Tiene un aspecto terrorífico, con una boca y lo que parecen ser dientes con lo que se agarra a las rocas y/o a otros peces más grandes. Es muy apreciado en Galicia donde lo esperan todos los años. Vive en el mar pero desova en los ríos gallegos (único hábitat donde se la puede ver) y requiere que estos estén muy limpios para que ella remonte esos ríos. Vienen los machos y las hembras: ellas cargadas de huevos y ellos para fertilizarlos una vez los ponga la hembra. Esto después de haber atravesado miles de kilómetros hasta llegar a los ríos gallegos. Leer sobre este pez es apasionante. Tiene una forma forma y una vida muy parecida a nuestra anguila. 
Pero vamos a lo nuestro.
Así que una vez más nos presentamos en el restaurante Casa Eladio. Esta vez, y debido a la semana fallera, Andrés llega un poco más tarde de lo habitual. Mientras le espero, me tomo un albariño y unas papas caseras. 
Para acompañar nuestra comida pedimos un Mestizaje del 2012, de las bodegas Mustiguillo. Vino tinto que siempre responde bien, sin grandes estridencias, buena nariz y, según pasa el tiempo de la comida, amable, muy amable.
Como detalle de la casa nos traen unos crujientes de bacalao.
Como entrantes volvemos a repetir unas mollejas de ternera con langostinos y ajetes que la anterior vez nos quitaron hasta las ganas de hablar. Esta vez, tampoco se queda corto el plato. Imprescindible pedirlo para amantes de las mollejas.
El otro entrante es un a cecina de ternera D. O. León acompañada de tostas con tomate. La cecina es sabrosa, muy bien curada. Deliciosa.
El plato fuerte es lamprea al estilo Arbo con picatostes y arroz pilaf. La textura de la lamprea es con más cuerpo que la del pescado en general, se localiza bien la espina central. Es sabrosa. La salsa es soberbia, que mezclada con el arroz, redondean el plato. Nos ha encantado y esperamos volver el próximo año (porque hasta el año que viene, no hay lamprea. Se ha terminado la temporada). Rebañamos el plato con todo el pan que tenemos.
Como postre nos pedimos unos coulis de fresones con mango. Necesitábamos algo fresco y que rebajara la contundencia del anterior plato.
Andrés retoma las buenas costumbres y remata la comida con su consabido ristreto. Viene acompañado de unas mini galletas de mantequilla y unos suspiros de merengue. Mientras remato mi copa de vino tinto.
Si y si. El próximo año vuelvo.